Trabajadores en fuga, la nueva odisea del sector turístico

  • La falta de personal en el turismo sigue haciendo estragos en el sector turístico. La informalidad que generó la pandemia –ya que a partir de esta surgieron muchos emprendedores en las calles– está afectando a toda la cadena de valor del sector, principalmente a hoteles y restaurantes.

En plena temporada de verano las empresas aún están batallando para cubrir las diferentes áreas, y algunos establecimientos incluso se están viendo obligados a prescindir de ciertos servicios al no tener la capacidad suficiente para poder atenderlos.

Pero, ¿se han preguntado el por qué de la fuga de trabajadores del turismo a otros sectores?

Si bien el empleo informal y el empredurismo son dos factores que han provocado este fenómeno, lo cierto es que la gente está abandonando la fuerza de trabajo por otras diversas razones: salud, cambio de ciudad, problemas personales, pero, sobre todo, la falta de un empleo de calidad.

Una buena parte de los trabajadores turísticos se han ido y no pueden, o no quieren, volver. Y tampoco se les puede culpar. Muchos de ellos, principalmente los que venían de otros estados, tuvieron que regresar a sus lugares de origen cuando fueron cesados al inicio de la pandemia; otros se quedaron en casa a cuidar a los hijos, atendiendo las clases en línea; algunos viven tan lejos de sus centros de trabajo que gastan más en transporte que lo que ganarían en un día, así que prefieren vender esto o aquello para sobrevivir.

Hace unos días, platicando con un colaborador de un hotel en Punta de Mita, me comentaba que tenía poco más de tres meses laborando allí, con un horario de más de 8 horas y un día de descanso, con un sueldo “bueno”, pero que no le alcanza para cubrir todas sus necesidades, así que está pensando en regresar a atender el negocio de comida que abrió durante la pandemia, con el que gana más y “sin matarse tanto”.

Ante esta situación, reitero lo que ya expuse en otra de mis columnas, el sector turístico se enfrenta a uno de sus mayores retos después de la pandemia, por lo que es necesario emprender acciones para asegurarse de que las personas encuentren el camino de regreso a la fuerza laboral, pero eso sí, bajo mejores condiciones.

Es momento de incentivar a los trabajadores, de recuperar su confianza, y que estos dejen de ver a las empresas como lugares no gratos para laborar y desarrollarse.

Les pongo un ejemplo. En Estados Unidos, país que está enfrentando una escasez de trabajadores mayor que la de México –con al menos 10.1 millones de vacantes disponibles, según el Departamento de Trabajo–, las compañías no solo han tenido que subir los salarios, sino que ofrecen una serie de incentivos que van desde bonos monetarios y horarios más flexibles, hasta el pago de seguros médicos y carreras universitarias.

Tal parece que las empresas están haciendo caso al presidente Joe Biden, que en junio respondió «pay them more» a la pregunta de un periodista sobre los problemas de las empresas para encontrar mano de obra.

Cierto es que las condiciones en Estados Unidos y en México no son las mismas, pero por algo se tiene que empezar, ¿no creen?