RINCONCITO DE LAS CONFESIONES: 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐦𝐚́𝐬… 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐡𝐚𝐲 𝐮𝐧 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚
Este jueves 26 de enero del 2023, salí más tarde de lo normal. No me gusta que la oscuridad me tomé por sorpresa para subir al camión. Pero el sol me ganó con el ocaso.
Afortunadamente el camión llegó a la parada del CUCosta, justo para que yo subiera y tomara asiento casi enfrente. Podía ver claramente el trayecto. Y no ir parada a la mitad del camión y repleto de pasajeros.
Al llegar al semáforo, detrás de Home Depot pude ver cómo varios jóvenes corrían hacia la avenida y otros a subir al camión donde yo iba.
Mi vista era de largo alcance y no corto, dónde una persona parada casi a la mitad del carril, hacia señas al chofer del camión que tomara el carril izquierdo. Y lo hizo porque no había tráfico vial en ese momento.
Entonces el camión se llenó y solo se oían expresiones de asombro y lamento, muy alterados. Y enfrente alcance a ver personas con su celular grababa video o tomaba fotos. Algo pasó, el instinto periodístico se alertó.
Fue hasta que subió una chica joven llorando y no podía respirar, se sentó frente a mi y otra mujer le pedía que respirara profundo y se calmara que ella la llevaría a su casa, allá por Coapinole (afortunadamente era un Ixtapa-Pitillal).
Entonces ya mi corazón latía rápido, no podíamos avanzar, en la carretera la gente estaba sobre la avenida.
Esos segundos de espera me permitieron ahora sí enfocar y ver una moto y un cuerpo de un hombre sobre el carril derecho, justo en la parada del camión. «Está muerto», se escuchó.
No quise bajar a hacer lo que harían los colegas policiacos, al estar casi justo del accidente para hacer sus notas, sus en vivos en facebook. Me sentí fatal.
En el trayecto al crucero de Las Juntas, en mi mente vagaba este pensamiento: «Murió una persona muy cerca de mi y de un momento a otro». Estaba como en pausa, en el limbo.
Con mucho cuidado bajé del camión, crucé la carretera 544 y me dirigí a la siguiente parada en espera del camión hacia Bahía de Banderas. Hice una llamada y me dí cuenta que tenía miedo de que me pasará algo.
Cuando por fin estuve en la seguridad de mi casa, tomé asiento, prendí la tele y fingi que no pasaba nada. Después ví en el celular que ya estaban los reporteros en el lugar, que las autoridades hacían su trabajo y el motociclista si había fallecido, luego de salir de trabajar.
No pude evitar llorar. No lo conocía, fue fortuito que pasará por ahí a esa hora. Pero alguien perdió la vida, (sin saber quien tuvo la culpa, como siempre victimizamos, diciendo que tuvo la culpa).
Los accidentes viales dónde está involucrada una motocicleta, son muy recurrentes. En los últimos años, la moto se ha convertido en un importante medio de transporte. Los costos son accesibles y la movilidad es más ágil que un auto. Pero también es más el riesgo de accidentes.
No voy a hacer prejuicios de quién es mas agresivo al conducir, si los motociclistas o los automovilistas, simplemente diré que nos falta educación vial a todos los ocupantes de las calles y avenidas.
Aprender a usar el cambio de luces, a respetar los señalamientos, a no pasarse los altos, no conducir borrachos, transitar por el carril correcto y no la lateral para ganar paso y tiempo, cumplir con los requisitos de conducir una moto, y respetar a todos los ocupantes de las calles. (Si puedes decir más, te lo agradeceré).
Hacen falta campañas para sensibilizar a quienes conducen un vehículo automotor y quienes hacen uso de las calles. No sé si es la autoridad municipal, de salud pública o protección civil, pero al menos una campaña por mes para tratar de minimizar el impacto en la ocurrencia de accidentes fatales.
Si tú conduces una moto, te sugiero seas precavido. Si tú conduces un auto, camioneta o camión, cerca de un motociclista se más prudente.
Desde anoche hay una familia que llora su pérdida… En este espacio envío mis sinceras y sentidas condolencias. La oración se la dedique ayer mismo.
Descanse en Paz.