En Opinión de el Profe – Blindaje vallartense: la estrategia de Llanas Cuevas para una ciudad segura

• En Puerto Vallarta, la seguridad pública no es de discursos, es estructura, voluntad, disciplina y resultados

• Cero tolerancia a la corrupción, para construir confianza social, los malos elementos deben quedar fuera, porque la impunidad no cabe en un proyecto que busca convertir a la seguridad pública en garantía, no en amenaza.

• El objetivo final es claro, sostener el atractivo turístico sin descuidar las colonias populares, de modo que la paz percibida se traduzca en reducción real y sostenida de la incidencia delictiva

• La Comisaría ha empezado a incorporar herramientas tecnológicas, como drones de vigilancia, patrullas con cámaras de circuito cerrado y plataformas de denuncia digital, que complementan el trabajo de campo y agilizan la respuesta ante incidentes

 

 

Por Nayar Araiza López

 

En toda administración municipal, la Seguridad Pública es la parte más sensible, al primer choque, robo o altercado en un bar, la ciudadanía apunta sin titubeo hacia la Policía Municipal.

Y no faltan motivos para la crítica cotidiana, de aquel conductor que se pasa un alto, el vehículo mal estacionado, el celular pegado al oído, los niños sin cinturón y –sobre todo en un destino turístico como el nuestro– las riñas y los famosos alcoholímetros que suelen terminar en el “yo no fui”, “no hice nada” o “ando bien”.

Ejemplo reciente fue la detención del famoso travestista canadiense Venus Sherwood, cuyo “borracherón”, desató una ráfaga de acusaciones infundadas contra la corporación.

La retractación llegó a través de una publicación en las redes del artista, sí, pero el daño a la opinión pública ya estaba hecho.

Consciente de ese contexto, el alcalde Luis Ernesto Munguía al inicio del gobierno colocó al frente de la Comisaría de Seguridad Pública a Eduardo Horacio Llanas Cuevas, veterano de más de cuatro décadas en la extinta Policía Federal y ex comandante del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta.

Su fórmula es sencilla y severa, enfocada en la disciplina interna y cooperación permanente con la MARINA y SEDENA, en donde es ampliamente conocido.

Desde su arribo al cargo, el plan estratégico de Llanas Cuevas prioriza la coordinación interinstitucional, la atención directa a denuncias, la presencia en todas las regiones del municipio y la transformación del cuerpo policial mediante capacitación continua.

Las acciones están surtiendo efecto, ya que los primeros sondeos de 2025 del ENSU-INEGI confirman la tendencia, de que Puerto Vallarta se mantiene entre las ciudades con menor percepción de inseguridad, mérito compartido entre la presencia federal y la proximidad comunitaria.

Este balance preliminar tras seis meses de gestión es alentador, pero Llanas Cuevas sabe que no basta con cifras de percepción. Su reto inmediato es consolidar la profesionalización, con una mayor inversión en equipo, capital humano y formación constante para agentes de seguridad, tránsito y protección civil.

El objetivo final es claro, sostener el atractivo turístico sin descuidar las colonias populares, de modo que la paz percibida se traduzca en reducción real y sostenida de la incidencia delictiva.

Además, la Comisaría ha empezado a incorporar herramientas tecnológicas, como drones de vigilancia, patrullas con cámaras de circuito cerrado y plataformas de denuncia digital, que complementan el trabajo de campo y agilizan la respuesta ante incidentes.

El comisario Llanas Cuevas también impulsa la creación de comités vecinales de supervisión, fomentando la corresponsabilidad de la ciudadanía en la prevención.

Este enfoque mixto, donde la modernización coexiste con la proximidad comunitaria, cimenta la confianza y anticipa el resto de este 2025 hacia el 2026, donde la seguridad no sea sólo un discurso, sino una experiencia palpable en cada colonia y en cada playa de Puerto Vallarta.

Por otra parte, ante recientes señalamientos ciudadanos sobre actos indebidos de algunos elementos viales, como el caso del agente Óscar Daniel Urteaga Larios, denunciado por exigir y recibir dinero mediante transferencias electrónicas tras una falsa infracción vial, el Comisario Llanas Cuevas ha dejado clara su postura, de cero tolerancia a la corrupción. La apertura inmediata de una investigación interna demuestra que la disciplina no se limita a las calles, sino también al propio cuerpo policial.

Llanas Cuevas sabe que para construir confianza social, los malos elementos deben quedar fuera, porque la impunidad no cabe en un proyecto que busca convertir a la seguridad pública en garantía, no en amenaza.

El verdadero examen, sin embargo, no será este año ni el próximo operativo vacacional, sino cuando la estrategia de Llanas Cuevas sea capaz de sostenerse frente a los embates de una ciudad que no deja de crecer y de un turismo que exige seguridad sin tregua.

Será ahí, en medio del caos cotidiano y las tensiones presupuestales, donde se medirá si la disciplina se vuelve cultura, si la proximidad se convierte en hábito, y si la modernización no es solo una moda tecnológica sino una política de Estado municipal.

Por lo pronto, el blindaje de Puerto Vallarta no es discurso, es estructura, voluntad y resultados.

Por ahora, la ciudad reafirma que, bajo la conducción de Eduardo Horacio Llanas Cuevas, la promesa de tranquilidad se convierte en un hecho. ¡Va!