Destaca especialista IMSS Jalisco que hábitos saludables y actividad física contribuyen a prevenir enfermedad renal

  • Diabetes mal controlada, obesidad, hipertensión arterial, dislipidemia, entre otras, pueden generar insuficiencia renal crónica.
  • En otros casos, este padecimiento puede generarse desde el nacimiento o de forma hereditaria.

Hábitos alimenticios saludables y la actividad física contribuyen a prevenir el desarrollo de la insuficiencia renal crónica, dijo el jefe de la División de Nefrología y Trasplantes del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Eduardo González Espinoza.

“Con una buena alimentación, ejercicio, una revisión anual de exámenes de laboratorio, de chequeo, de control si existe una enfermedad a tratar, se puede prevenir o evitar que evolucione una insuficiencia renal crónica”, explicó el especialista.

Además, en el marco del Día Mundial del Riñón, que se conmemora el 10 de marzo, resaltó que las enfermedades de tipo crónico-degenerativo sin un manejo y control adecuado pueden favorecer el daño a los riñones.

“La diabetes es una enfermedad crónico-degenerativa. El paciente diabético mal manejado, mal cuidado, que no lleva de manera adecuada su tratamiento, su alimentación, no toma sus medicamentos, produce una enfermedad que se llama nefropatía diabética, la cual condiciona una insuficiencia renal crónica”, explicó.

No obstante, González Espinoza destacó que existen insuficiencias renales que sí son prevenibles en muchos casos, pero hay otro tipo que surge desde el nacimiento por riñones pequeños, glomerulopatías o también son de origen idiopático, en donde no se logra identificar la causa exacta.

Explicó que en la mayoría de los casos, la insuficiencia renal crónica lleva al paciente a requerir tarde o temprano de un trasplante renal; sin embargo, no todos serán candidatos a este tipo de intervención, como los que se encuentran en edades sumamente avanzadas, que presentan un daño vascular importante o los que cursan con insuficiencia cardíaca, en quienes el riesgo sería muy alto.

González Espinoza destacó que algunos de los pacientes que se encuentran en proceso de ser trasplantados o reciben tratamientos de tipo sustitutivo, como la diálisis y la hemodiálisis, son personas que adquirieron con los años la enfermedad renal y que en muchos casos no cuentan con antecedentes de la misma en su familia.

“Son pacientes que no son de nacimiento; nacen sin ningún problema y no se identifica alguna alteración en la función de sus riñones, pero con el paso de los años, desafortunadamente, van presentando datos, signos y síntomas de una nefropatía y desarrollan insuficiencia renal crónica”, manifestó el médico del IMSS Jalisco.

Explicó que una vez que una persona es diagnosticada con daño renal, el apego al tratamiento debe ser sumamente estricto.

“El apego al tratamiento, su disciplina y la mancuerna que haga con su médico nefrólogo para mantenerlo en las mejores condiciones, esperando que surja algún donador vivo o estar en lista de espera para donador con muerte encefálica”, son de suma importancia, finalizó.

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