Bruja Violeta: «La violencia ginecológica y obstétrica de la que no se habla»

Las mujeres por nuestra propia naturaleza en temas médicos acudimos a los o las especialistas en ginecología para que nos resuelvan nuestros problemas de salud femenina; pensamos que como son los expertos en mujeres, saben lo que hacen, pero no siempre es así.

Las mujeres por nuestra propia experiencia con nuestro cuerpo, podemos con el tiempo, identificar aquellas situaciones que son normales para nosotras; si ya fuimos madres, identificamos los cambios de nuestro cuerpo por el embarazo; conocemos cuando se acercan los días de menstruación y como reacciona nuestro organismo en esos días. Nosotras lo vivimos cada día.

Aún hay muchos ginecólogos y ginecólogas que siguen lo que los libros dictan (libros en su mayoría escritos por hombres) y nos exigen el cumplimiento de lo que el libro dice, sin tomar en cuenta lo que nosotras les contamos; para muchos de ellos, lo que les platicamos es “exagerado”, sobre todo para los varones que nunca vivirán el síndrome premenstrual, los cólicos menstruales, los dolores de parto, la menstruación abundante, el dolor de senos entre muchas otras afecciones y dolencias con las que vivimos las mujeres.

En la obstetricia aun se sigue sin escuchar a las mujeres y observar sus cuerpos y se les impone como consecuencia, procedimientos quirúrgicos innecesarios, dolorosos y muchos de ellos con secuelas. Procedimientos como la propia cesárea, o la episiotomía (el corte entre la vagina y el ano para que él bebe salga); incluso aún hay médicos renuentes a realizar salpingos a mujeres jóvenes y muchos otros primero le preguntan a la pareja si da la autorización para la aplicación del DIU, el parche hormonal subdérmico o la propia salpingo, como si del cuerpo del varón se tratara.

Aún hay médicos y enfermeras del área de obstetricia en los hospitales que “regañan” a las mujeres porque se quejan en el proceso de parto o porque solicitan calmantes o atención pronta.

En el tema ginecológico y obstétrico las mujeres seguimos viviendo mucha violencia; se siguen con procedimientos arcaicos donde la voz de la mujer no es escuchada, donde se siguen con los estereotipos y prejuicios respecto a nuestro cuerpo, al embarazo, a la menstruación; donde se nos sigue exigiendo que nos callemos y aguantemos todo sin chistar (al final, es nuestra culpa por abrir las piernas, como aun muchos médicos nos dicen).

Muchas hemos salido del consultorio con esa sensación de incomodidad por lo dicho o hecho por el médico, sin percatarnos que hemos sido violentadas por el profesional.

Nuestra propia naturaleza femenina nos da derechos sexuales y reproductivos que solo las mujeres tenemos, ¿conoces los tuyos?