Bruja Violeta: Acoso y hostigamiento laboral
Las mujeres que laboran suelen desconocer los actos que configuran el acoso y el hostigamiento laboral, se nos ha enseñado a trabajar en ambientes violentos y que esa violencia es parte “normal” de la dinámica laboral.
El que se nos relegue en la toma de decisiones, el que se nos exijan actividades que no nos corresponden (como el mantener limpias las áreas de los compañeros o preparar el café), el que se nos exija o se nos prohíba el uso de maquillaje, tacones o ciertas ropas; el que se nos pida (con el pretexto de “ponernos la camiseta”) trabajos fuera de los horarios; el que se nos pida tomar llamadas o responder mensajes en los días de descanso o que se condicionen las vacaciones; el que se nos toque sin el consentimiento, solo porque es lo “habitual”; el que nos hagan preguntas personales (tienes novio, tienes sexo, usas ropa interior sexy) como parte de las conversaciones; el que los jefes soliciten con el pretexto de un permiso, una remuneración o un mejor puesto una salida a comer, tomar una copa, o sexo, son algunas de las acciones que configuran el acoso o el hostigamiento.
Acoso es cuando quien realiza la acción es un compañero de trabajo y el hostigamiento cuando es el jefe quien lo realiza; en los ambientes laborales pueden darse de manera simultanea el mobbing (hostigamiento o acoso laboral) con el sexual.
Por ley, todas las empresas deben de contar con los protocolos para prevenir y sancionar las conductas de acoso y hostigamiento, sin embargo, en Puerto Vallarta son pocas las que lo tienen y lo han dado a conocer a los trabajadores.
Este protocolo es el primer paso para que una mujer que sufre esta clase de violencias pueda acceder a su derecho de vivir sin violencia en su trabajo; la omisión de la empresa es otra forma de violencia, ya que revictimiza a la mujer al no permitirle el ejercicio efectivo de una vida libre de violencia.
Es necesario que las cámaras de empresarios tomen cartas en este punto, sobre todo, en aquellas fuentes de trabajo que por su actividad exige un ritmo de trabajo complejo donde se puedan ver vulnerados los derechos de las mujeres; recordemos que la constitución establece que también ellos son responsables de que se respeten los derechos humanos de las mujeres.
Si, también en nuestros trabajos tenemos el derecho de desarrollarlo sin violencia.