El cáncer en la era digital

  •   La IA apoya en la detección temprana de diagnósticos complejos como el cáncer de pulmón y colorrectal.
  •   El uso de telemedicina puede aumentar la adherencia al tratamiento en un 22%.

El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, sin embargo, los avances tecnológicos juegan un papel crucial para mejorar los tratamientos, lograr la detección temprana y para mejorar la calidad de vida de las personas. Por eso, en el Día Mundial de la Investigación sobre el Cáncer que se conmemora cada 24 de septiembre, se hace un recuento de cómo la inteligencia artificial (IA), la telemedicina y las soluciones médicas personalizadas han revolucionado la manera en la que los especialistas abordan las afecciones oncológicas.

Actualmente la IA está transformando el campo médico al permitir una toma de decisiones más rápida y precisa. En oncología, su uso es clave para analizar grandes volúmenes de datos médicos y genéticos, lo que facilita la detección temprana de diversos tipos de cáncer, incluidos diagnósticos complejos como el cáncer de pulmón, así como el de colon y recto.

Detectar el cáncer en etapas tempranas es clave, ya que aumenta las tasas de supervivencia significativamente. «Por ejemplo, en el cáncer de colon, la detección temprana puede elevar la tasa de supervivencia al 90%. En contraste, en etapas avanzadas, esta cifra disminuye a menos del 14%», comentó Alfredo Román Business Unit Head, Oncology, N&I Specialty Care de Merck.

Además, la IA está acelerando el desarrollo de nuevas soluciones médicas. Gracias a su capacidad para analizar datos masivos y complejos, se pueden identificar con mayor rapidez nuevas moléculas y combinaciones de intervenciones. Esto permite que las personas, especialmente aquellos en etapas avanzadas del cáncer, accedan a soluciones más innovadoras en menos tiempo, mejorando las probabilidades de éxito cuando los procedimientos convencionales no son suficientes.

La medicina de precisión también se ha convertido en uno de los avances más importantes en el manejo oncológico. A través del análisis genético, esta tecnología permite desarrollar intervenciones personalizadas que atacan las mutaciones genéticas específicas del tumor de cada persona atendida. Esto no solo mejora la eficacia del procedimiento, sino que también minimiza los efectos secundarios, ya que los compuestos se enfocan únicamente en las células cancerosas, preservando los tejidos sanos.

En el caso del cáncer de cabeza y cuello, los avances en medicina de precisión han demostrado ser prometedores. «Se ha observado que el 30% de las personas tratadas que han recibido intervenciones personalizadas basados en su perfil genómico mostraron una respuesta positiva, en comparación con solo el 10% de los que recibieron procedimientos convencionales.» explicó Alfredo Román.

Por otra parte, la telemedicina ha emergido como una herramienta indispensable para mejorar el acceso a la atención médica, especialmente en regiones geográficamente remotas o con recursos limitados. Esta herramienta ha ayudado a facilitar consultas regulares y seguimiento a las personas con diagnósticos oncológicos. Esto es esencial en el manejo del cáncer, donde la oportunidad y continuidad de la intervención son factores críticos para el éxito de las intervenciones médicas.

Estudios recientes demuestran que el uso de telemedicina disminuye hasta cinco horas de trayecto al médico [1] y puede aumentar la adherencia al tratamiento en un 22% [2]. Esto se  traduce en mejores resultados clínicos a largo plazo, ya que las personas pueden recibir atención constante, ajustando su manejo médico en tiempo real sin la necesidad de trasladarse largas distancias o de hacer visitas frecuentes a clínicas especializadas.

«Sin duda uno de los retos más grandes es la detección temprana de afecciones oncológicas en la población, porque la palabra cáncer genera miedo, y es algo que paraliza a las personas. Sin embargo, hoy existen grandes esfuerzos e investigaciones que han dado resultados y han ayudado a aumentar el índice de supervivencia, a detectar a tiempo un diagnóstico oncológico, pero, sobre todo a mejorar la calidad de vida de las personas en ese proceso con intervenciones menos invasivas y más personalizadas.» concluyó Alfredo Román.