En México, la automedicación agrava la resistencia a antibióticos
En México, la cultura de la automedicación —es decir, el consumo de medicamentos por iniciativa propia, sin prescripción médica— está profundamente arraigada. Según la Secretaría de Salud, el 80% de la población recurre a esta práctica, que lejos de resolver un problema de salud, lo complica considerablemente y representa un riesgo importante para la salud pública.
Este uso desmedido de antibióticos contribuye directamente al desarrollo y propagación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Al tomarse en dosis inadecuadas, por tiempos insuficientes o para infecciones que no los requieren, las bacterias se adaptan y se vuelven resistentes, haciendo que los medicamentos pierdan efectividad; sumado al enmascaramiento de otras enfermedades, dificultando su control y aumentando el riesgo de mortalidad [1].
Según la Dra. Carmen Celeste, Gerente Médico de Medicina General en Merck México, «el problema de la automedicación es que, en los próximos años, no será posible controlar ciertas infecciones; las bacterias y virus seguirán desarrollándose y volviéndose resistentes a múltiples antibióticos, lo que complicará su tratamiento y prolongará los tiempos de recuperación», señaló la especialista. Por otro lado, un informe de The Lancet [2],advierte que si no se toman acciones a nivel global, para el año 2050, las muertes relacionadas con la resistencia antimicrobiana podrían superar los 10 millones, visibilizando la magnitud y el impacto que tiene este problema a nivel mundial.
Y es que uno de los principales desafíos de la salud pública es entender la carga de este problema y los efectos que involucran un aumento en la incidencia de enfermedades, fallecimientos, duración de las hospitalizaciones y los costos médicos. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud [3] la considera una de las principales amenazas futuras para la sanidad global.
En ese sentido, la Dra. Carmen Celeste, comentó que «es importante considerar que la RAM puede llevar a la aparición de cepas nuevas y más agresivas al ser resistentes a los tratamientos existentes. Por esa razón, es importante concientizar que los antibióticos se usen de manera correcta y de forma responsable, cumpliendo con los tratamientos establecidos por un médico especialista».
En México, es común que muchas personas no terminen sus tratamientos por completo, esto se debe a que muchos dejan de tomar los medicamentos cuando comienzan a sentirse mejor, sin entender que interrumpir el tratamiento puede agravar la situación a futuro. «La resistencia a los antimicrobianos es un problema de salud pública que se vea gravado por la administración incorrecta de los antibióticos. Comprender que ningún medicamento es inocuo ayudará a visibilizar que su uso indiscriminado puede causar más daños que beneficios, dependiendo de la sensibilidad o hipersensibilidad de cada persona», concluyó la Dra. Carmen Celeste.
Para sumar a esta urgencia de concientización, desde el próximo 18 al 24 de noviembre se celebra la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antibióticos, iniciativa global que pretende sensibilizar a las personas en torno a la resistencia a los antibióticos y estimular mejores prácticas para garantizar tratamientos efectivos y un mejor control de las infecciones a largo plazo.
La resistencia antimicrobiana es una realidad que requiere implementar estrategias de prevención para promover el consumo adecuado de estos medicamentos. Esta responsabilidad, compartida entre profesionales de la salud y personas, permitirá que se tomen decisiones informadas garantizando tratamientos adecuados, cuidando la salud de las personas.