En Opinión de El Profe: Karina Polanco representa la equidad de género como realidad en Bahía de Banderas

  • Nombramientos históricos al frente de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, incomodan a quienes añoran la impunidad
  • La empresaria asume esta responsabilidad no por beneficio económico, sino por un genuino compromiso de servicio público
  • Esto es lo que verdaderamente incomoda a quienes se acostumbraron a violar las reglas y promueven ataques en su contra
En estos tiempos de equidad, igualdad de género y reconocimiento pleno a las capacidades de las mujeres, en los que por fin entendemos que hombres y mujeres tienen la misma competencia para desempeñar prácticamente cualquier actividad en el quehacer humano, aún persisten individuos con un machismo profundamente arraigado, incapaces de asimilar que mujeres destacadas puedan ocupar cargos anteriormente reservados exclusivamente para hombres.

Bahía de Banderas se presenta como un caso excepcional, incluso a nivel nacional, gracias a la visión incluyente del presidente municipal Héctor Santana García, quien ha convertido su administración en un ejemplo contundente de la nueva realidad de equidad impulsada por la Ley, tendencia que inició con la obligación a los partidos políticos de postular candidaturas con paridad de género. Aunque esta medida aún no obliga explícitamente a los gobiernos a cumplir cuotas similares en los cargos públicos, el alcalde Santana, ha dado pasos firmes en esta dirección al nombrar a Briana Guzmán como directora de Seguridad Pública y a la empresaria Karina Polanco como subdirectora de Vialidad y Tránsito.

Estos nombramientos, aunque ampliamente celebrados por quienes creen en la igualdad y la justicia, han causado profundo malestar entre aquellos acostumbrados a vivir bajo el cobijo del privilegio y la impunidad política. Estos individuos, habituados a «resolver» cualquier situación ofreciendo el clásico «moche» antes que actuar correctamente conforme a la Ley, han visto afectados sus intereses ahora que prevalece una política municipal de «cero tolerancia» hacia la corrupción, aplicando la normatividad de seguridad y tránsito sin distinciones ni favoritismos.

Como suele afirmar reiteradamente el alcalde Héctor Santana, en su administración «se acabaron los influyentes». Bajo esta consigna, en las últimas semanas Karina Polanco, reconocida empresaria y hoy funcionaria pública, ha sido víctima de una campaña sucia a través de redes sociales con acusaciones falsas y sin fundamento alguno. Vale decir que, si lo decidiera, podría perfectamente recurrir a los tribunales para exigir que se comprueben tales señalamientos.

Quienes conocemos la trayectoria de Karina Polanco, sabemos de sobra que ella no tiene ninguna necesidad económica derivada de este cargo público, pues su éxito empresarial desde hace muchos años es ampliamente reconocido. Por lo tanto, carece absolutamente de cualquier intención de involucrarse en actos indebidos. Su motivación para aceptar esta responsabilidad es clara, que fue sumarse al proyecto por un mejor Bahía de Banderas, encabezado por el hoy Presidente Héctor Santana García, contribuyendo así a lograr el orden y a la seguridad vial del municipio.

Bajo su liderazgo, la subdirección de Vialidad y Tránsito ha implementado operativos efectivos como los alcoholímetros en coordinación con la Fiscalía estatal, acciones «cero tolerancia», contra motociclistas que circulan sin casco o documentación, así como rigurosas medidas para proteger a peatones y automovilistas. Karina Polanco también trabaja estrechamente con las direcciones de Seguridad y Padrón y Licencias, para recuperar espacios públicos en localidades como Sayulita y Bucerías, reubicando negocios que invaden banquetas y calles, así como asegurando el respeto a las paradas oficiales del transporte público.

Precisamente estas acciones han despertado el enojo de aquellos empresarios acostumbrados a la impunidad y al desorden, quienes en lugar de confrontar directamente al presidente Héctor Santana García, optan por «subsidiar» campañas negras en redes sociales, para atacar de forma cobarde a Karina Polanco, Briana Guzmán y Omar Castellanos de Padrón y Licencias. Es evidente que el verdadero trasfondo de estos ataques no es el dinero o supuestas irregularidades económicas «de que piden moche», sino la molestia por tener que cumplir con leyes y normativas que antes evadían con total facilidad.

Karina Polanco asumió esta responsabilidad no por beneficio económico, sino por un genuino compromiso de servicio público para apoyar el proyecto transformador del alcalde Héctor Santana García. Eso es lo que verdaderamente incomoda a quienes se acostumbraron a violar las reglas. Pero los tiempos han cambiado en Bahía de Banderas, ahora la ley es pareja para todos. Así debe ser. Va.