Rinconcito De Las Confesiones: Anécdotas en tiempos de Covid
Fui a la farmacia a comprar mi dotación de vitamina A, C y D y mientras lo buscaba, vi en el mostrador a un jovencito encorvado. Mientras la despachadora le surtía la receta. Pensé seguro vive lejos de su familia, como yo, y nadie lo pudo acompañar.
El fresco del aire acondicionado me hacía sentir bien pero a él no. Cuando intentó hablar, noté que se oía muy mal, ronco y jalaba aire para hablar. Comenzó a toser.
Dios bendito, sus rojos rojos y se doblaba casi para detenerse en el mostrador.
Quienes estábamos ahí lo veíamos con cierta pena, otros con desagrado. La mayoría con miedo. Es Covid, dijo alguien. Y de volada los de la fila dieron pasos hacia atrás.
El chico se veía mal muy mal. Casi me atrevo a decirle cómo le ayudaba. Pero confieso que al final no me atreví. Las despachadora se apuraron para atenderlo pronto y se retirara. Salí de la farmacia y me fui caminando a mi casa.
Un buen tramo desde la entrada a #ValleDorado hasta el segundo OXXO y los jóvenes sin cubrebocas caminan como si nada. Entonces recordé al pobre muchacho, que ya comienza a tener problemas para respirar. Esto no es broma, esto está ocurriendo. Y entonces pensé, cada quien sabe si se cuida o no.
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